Elogio del enésimo despropósito

  

La clave de esta obra apareció a principios de enero, en una comida con la compositora María de Alvear, en la cual me mostró algunos fragmentos de su última ópera: El pene multicolor. En ella, miles de cuerdas colgaban desde el techo, dando lugar a una atmósfera y una acústica diferentes e interesantes. 

“Cuerdas, eso es, tengo que hacer algo con las cuerdas”, así que empecé con la teoría de cuerdas o branas de la física cuántica, y ésta me llevó a la del movimiento de las partículas subatómicas, y todo esto se juntó a su vez con el 85 cumpleaños de mi tía abuela Teodora López, maestra de la “Sección Femenina” durante la dictadura, y persona a la que pensé dedicarle la obra. 

Así que la obra refleja, por una parte, el movimiento de las partículas según el “Modelo estándar”, es decir, según las cuatro interacciones fundamentales entre ellas: la electromagnética, la nuclear fuerte, la nuclear débil, y la gravitatoria. 

Y, por otra parte, algunos de los sonidos y movimientos más comunes en un colegio: la comba, las tablas de multiplicar, las canciones escolares, el rebote de una pelota o el ciclo de un columpio. Realmente, las interacciones entre las partículas y las relaciones entre el alumnado de un colegio se parecen mucho más de lo que creía.

(Sonia Megías sobre su obra "Es particular") 

Qué descojonante sería todo esto si no hubiera sido fruto de un encargo de una institución pública (el CDMC) remunerado con, ná, 6.000 €.

Y como propina, por si alguien quiere comprobar que, efectivamente, no se le cae la cara de vergüenza al hablar de ello:  [Descargar video de la noticia]

(agradecimientos, aún patidifusos, a la fuente de la información)